Ayer llegó la primavera acompañada
de un cielo gris y un viento sereno.
Nada parece cambiar a mi alrededor
y sin embargo los recuerdos
se borran en un zoom lejano.
Todos estos proyectos de futuro
no son más que esperanzas inciertas, trémulas,
objetos de mi ensoñación perenne.
Hay cosas y personas que no puedo
comprar con el dinero que tengo
y situaciones y sentimientos que desconozco
porque aún me queda mucho por aprender.
Me pregunto qué será de este sentimiento,
de esta melancolía.
Quisiera ser un poco más superficial,
olvidarme de las cosas que me asustan
y sonreír por tonterías.
Bajar de mis sueños al mundo real
y aprender a conformarme
con lo que obtengo en el día a día.
No necesito drogas, con la imaginación me basta.
No tengo problemas sustanciales,
así que no entiendo el porqué de este spleen.
Cada vez que examino mis miserias
y las comparo con las ajenas,
me avergüenzo de inquietarme por nimiedades,
mientras otros sufren grandes tristezas
y auténticos males y no se quejan
como yo, por estos andurriales.
No tengo escritor favorito, ni libro,
ni actor, ni poeta, ni grupo de música,
ni película, ni canción tan siquiera.
Cada año que pasa amplío más el círculo
y aún así me vuelvo más escéptica y ecléctica.
Hay una vorágine de información a nuestro alrededor,
imposible procesar todos los datos.
Cuanto más me miro en el espejo,
más me reafirmo en mi contradicción y en mi recato.
Soy una inconformista gandula.
Me quejo de todo
y después apenas hago nada.
Soy una mujer light,
vivo para trabajar
y sueño abrazada a mi almohada.
Soy una inconformista silenciosa,
acato las normas a cambio de una nómina.
Mi rebeldía de adolescente se ha ido al garete,
me acerco a los treinta
sin exprimir la ansiada libertad
que tanto pretendía a los quince.
Ya no soy una activista.
Los ideales se me murieron
aplastados por los intereses del grupo
con el que pretendía alcanzar
esos sueños de justicia social.
Ahora me conformo con ir por libre,
haciendo lo que creo que es ético
pero a escondidas,
para no molestar a los de arriba
y seguir cobrando el sueldo.
Soy un poco invisible
para poder moverme a mi manera.
Nadar y guardar la ropa,
a veces el peligro no está en el agua,
sino afuera.
Te deslizas por entre mis sueños
como la luz a través de un tejado roto.
Te apoderas de mi rutina
y la transmutas en una espera incierta.
Paseo sola a través de estas calles desconocidas
y me pregunto si estás entre la gente.
Me conecto a Internet por si te encuentro,
buscando, buscando a alguien como yo.
Estás tan cerca y tan lejos
que pareces real, verdadero.
Cuando pasan los aviones
sobre mí surcando el cielo,
me pregunto bajo el viento
si vas dentro de alguno de ellos.
Te imagino en un mundo pleno,
en una vida de éxitos y sacrificios,
en medio de un mar sereno.
Te imagino y te creo,
desde la nada, desde una foto,
desde un simple anhelo.
A mi alrededor hay personas
que aman y sufren,
que sueñan y luchan,
que se conforman y ríen,
que desesperan y esperan.
A mi alrededor hay personas que pecan
y otras que no pecan porque no creen.
Hay personas que viven deseando un cambio
y otras que cambia tanto que nunca las conoces.
A mi alrededor hay quién se cuida
de la tristeza y devuelve sonrisas.
Hay tanta gente a mi alrededor
que no sé por qué a veces me siento sola.
Será porque hay días en que olvido
que ser feliz es tan sólo una actitud.
Hoy me ha dicho un amigo
que a veces las tristezas
llegan con retraso.
Cuando la tempestad arremete,
él siempre se abre paso.
Cuando llega la calma
ahora se encuentra fatigado.
Ya no hay vuelta atrás y aún así
aquel pasado que ayer nos dañó
hoy de nuevo nos busca.
Como me río por dentro,
la llevan clara los que ahora
vienen a pedir favores
cuando antaño nos dejaron solos.
Tranquilo amigo,
ahora nos toca a nosotros
hacernos los ciegos y los sordos.
Tuvimos que aprender
a caminar entre las lágrimas
y el sentimiento de fracaso.
Aquí estamos ahora,
con la cabeza alta
y el ego recuperado.
Aquellos que se prostituyen
por cuatro años de mandato
ya no tienen nada que ofrecernos.
Paso de sus promesas,
paso de que nos mientan y utilicen
como hicieron hace cuatro años.
Con sus dulces tentáculos la música
me tienta este sábado noche.
Bajo el calor de los focos
quiero bailar mirando al suelo
y a ese infinito particular
que son las paredes
y sus desdibujados contornos.
Entre las sombras de rostros confusos
busco tus ojos a través de desconocidas miradas.
El ritmo se hace cada vez más frenético
y en la atmósfera envolvente
de la pista de baile me dejo seducir
por mi propia ensoñación y me entrego al ritual
de bailar sola entre la gente,
soñando que a mi lado te encuentras tú,
objeto de deseo, paraíso hecho carne,
turista en este inframundo,
ángel-alien bajado de un hipotético cielo.
Fue fácil adivinar tus pensamientos,
la contraseña de tu corazón.
No eres tan diferente a mí,
bien porque no te das cuenta
o porque yo lo disimulo mejor.
Es adictivo evocar esos momentos
y poner el pause a la razón.
Da igual quién se parezca a ti.
Quién te ayude o quién te mienta
depende de tí, de tu propio valor.
Como una tinta fluida
manchaba la sangre.
Pasado el susto, volvió la quietud.
En este desmayo descontrolado
de tedio y hambre
encuentro tu calor y tu virtud.
Todo por lo que has luchado
te absorbe, te nutre, te regenera.
El amor, la familia, la amistad.
Hoy estás cansada,
mañana te veré como nueva.
ESTOY APRENDIENDO A VOLAR
Estoy aprendiendo a volar.
No tan alto como en los sueños
ni tan despacio como para espiar
tus ansiados recovecos.
Bruma de las medianías me envuelve
entre tabaibas y tajinastes,
me deslizo por el aire imparable
y retomo aquel sendero que dejaste.
Estoy aprendiendo a volar
y con ello nacen las primeras renuncias,
pues todo no flota en el aire.
Te espero donde la bruma se anuncia.
Vicisitudes.
Demonios intrusos vociferando deberes,
momentos de paz y treguas marinas.
Indecisiones.
Sobre la hoja arrugada del periódico
yace una ilusión vespertina.
Oportunidades.
Desafiar al viento con estos ojos
protegidos por una barrera cristalina.
Retroversiones.
Estiramientos del alma en reposo.
Crecer a través de la rutina.
POR LOS CAMINOS DE LA TARDE
Por los caminos de la tarde,
escucharé tu voz.
A través del viento amable
imagino tu presencia.
Rodeamos juntos la vereda del parque
ausentes, desnudos de toda respuesta.
Por los caminos de la tarde
se irán los átomos desesperados
en su cita hacia ninguna parte.
Quién imagina qué.
Ya no hay excusa que valga.
¿Qué hace ese objeto tonto
guardado en un cajón?
¿Qué deseas desechar, imperiosa,
cuando te lanzas ominosa
hacia los armarios del destierro?
Huyes de ti misma y de tus desvelos.
Limpias la casa de objetos
pero no te deshaces de tus recuerdos.
Cierto. Justificas tu soledad
diciendo que sólo en tu imaginación
existe el hombre amado. Es verdad.
Te entiendo, comprendo tu decepción.
Pero no me dejes sola en el camino.
Tú con tus bártulos y tu limpieza,
y yo tengo que hacerme cargo de tu destino,
no sé si por tu miedo o por tu pereza.
Quién imagina qué.
Cómo deben de ser de frías y oscuras
esas noches en tu cama desierta.
Dios sabe que no me gustaría
acabar pareciéndome a tí.
Aquí te presto mi hombro y mi oído
pero no cargues todo el peso en mí.
Yo también duermo sola soñando
pero atiendo mis responsabilidades.
Un mundo sin armarios sigue girando
y con él llegarán las oportunidades.
Es mejor ser reprobada que ignorada.
Es mejor la crítica que el desconcierto.
Dónde está el equilibrio en esta balanza
incierta lo desconozco, pero lo presiento.
Déjame formar parte de tu esencia,
como un átomo recubierto de luz,
que se desgrana de súbita impaciencia
ante el milagro que desprendes tú
con tu infinita y lejana existencia.
De vuelta al recuerdo cotidiano
donde las cosas se castigan y se premian
espero reconocerte entre el eco
de los turistas que alegres transitan
por estas calles llenas de historia.
Déjame envolverte en mi arrullo,
como un remanso en un oasis lejano
donde mi voz será sólo un murmullo.
Te adoraré desde un azul recoveco.
Instálame en una parte de tu memoria.
DESPACIO
Vislumbrada en mi memoria
se perfila un recuerdo
atrapado en mi historia,
anhelado, roto y cuerdo.
Preferible postergar lo imposible
y lanzarse a lo alcanzable.
Soñar es mérito exigible
en este caos vespertino y amable.
Te prefiero, vida mía, despacio.
Saboreándote con devota lealtad,
más allá del tiempo y el espacio
te encontraré asido a mi libertad.
Voy recorriendo cielos,
aprendiz de vuelo.
Mirando horizontes lejanos
que tú has recorrido ya.
El tiempo que se marca en mi reloj
es tan distinto del tuyo
que mis horas son sólo murmullos
en tus oídos cansados de hoy.
Quizás buscas entre los pasos,
en la penumbra exitosa y efímera
de tu trabajo, una sola voz.
No sé qué harás en estos casos.
Tal vez sucumbas a la quimera
y sólo halles repetida tu voz.
Quiero repetirte que no sé
ser superficial y despreocupada.
Se me nota en la cara lo que siento
y ya no busco ninguna coartada.
Hasta entonces todo parece sencillo.
Llega la verdad desnuda y peligrosa.
Es un instante agónico, inmenso.
Dicha la verdad, pasemos a otra cosa.
Dejemos fluir este calor
por la piel tímida y callada
que el roce de tu ardor
despierta en la almohada
con ese deseo me armo de valor
aunque mi espera se quede en nada.
LIBERTAD
Te eximo de ataduras
¡adelante, cómete el mundo!
Me preocupa tu ir y venir
siempre por la cuerda floja.
Toparás con caraduras
y aún así pensarás por un segundo
que es mejor dejar vivir
y que cada cual su vida escoja.
Nada más lejos de la realidad.
De los peligros hay que aprender
para poder caminar más segura
sin que nadie te falte el respeto.
Hoy ansías conquistar tu libertad.
Es normal, te haces mujer.
Procura decidir con cordura.
Me importas, por eso me entrometo.
Porque me importas, te escucho.
Porque me importas, te reprendo.
Porque me importas mucho
y porque tuve tu edad, te comprendo.
BUENAS NOCHES
I
En esta noche serena repaso mi día.
La música me transporta al silencio
Reparando la melodía del viento.
Me regocija mi libertad y la alegría
de haber hecho hoy todo cuanto puedo
sin prisas, sin agobios, sin descontento.
II
Otra vez preparo el despertador, testigo
de mis noches insomnes y desiertas
pero también fiel y exacto amigo
de mis mañanas alegres y despiertas.
III
Hoy ha sido un día provechoso:
he sonreído, he aprendido algo nuevo.
He plantado una semilla de esperanza
y disfrutado de un atardecer hermoso.
DESDE MI DESEO
Cierro los ojos y te imagino respirando,
bebiendo la vida a sorbos
a través de esos, tus jugosos labios.
Construyo tu sombra desde mi deseo.
Veo tu mirada impresa en papel
Prisionera de extrañas quimeras,
anónimas e infinitas letras.
Dibujo tu esencia desde mi deseo.
Trato de adivinar más allá de tu rostro
y entender el rastro de tu piel.
Tu perfil se pierde en palabras.
Aspiro a tu aroma desde mi deseo.
Confronto tu realidad a mis fantasías.
El silencio se funde en tinta negra,
en una sombra alargada y discreta.
Saludo a tu voz desde mi deseo.
MI PROPIA B.S.O.
I
Una colección de imágenes.
Proyectos, ideas, horizontes.
Un interrogante camino
al final de la escalera,
flores mustias en u tragaluz.
Una lámina de dibujo sin márgenes.
Desde la ventana el monte
se ve más etéreo y divino.
Tarde ventosa de primavera
llena de polen nómada y de luz.
II
Música de los setenta a un volumen discreto.
Otra tarde escribiendo poemas en secreto.
Buscando ideas, rimas, un nuevo reto.
Sin la velocidad espontánea
del hip hop mastico las combinaciones
con una febrilidad momentánea
mientras tarareo viejas canciones.
Los escorpiones alemanes se desgañitan
con la energía de los veinteañeros
que en vano tantas bandas imitan
sin escuchar siquiera a sus pioneros.
Volver a la adolescencia es pecado,
salvo para rescatar del pasado
Los sonidos que me han acompañado.
III
Amasijo de colores, figuras variadas.
Fotografías de otros mundos
realidades sin banda sonora.
Edificamos monumentos al vacío
y ofrendamos al tedio nuestro tiempo.
Ni las nuevas religiones
nos aportan soluciones.
Los nuevos ídolos del papel couché
nos invaden con sus hordas
de envidia y consumismo.
Las nuevas consignas lanzadas
nos convierten en vagabundos
que se arrojan sin demora
a los brazos de cualquier amorío
con tal de ocupar el tiempo.
Necesito beber nuevas canciones
auténticas y valientes oraciones
de aliento que nunca escuché
y salvarme y tirar por la borda
todo aquello que sea un espejismo.
Y poder dejar atrás las pisadas
lanzándome a los vientos rotundos
del futuro, sin miedo, ahora
que reniego de este ciego desvarío
y me reconcilio con el tiempo.
IV
Arrúllame, cántame al oído
ahora que soñamos la misma canción.
Un gato en la noche pasea
y nos vigila desde lo alto.
Deja que el silencio acuda cómplice
a despertar el deseo.
Te espero desde una sombra sin nombre.
V
Un ritual de intransigencia,
una espera desacelerada.
Una prueba de inteligencia
en esta tarde deshabitada.
Beber de tu suave presencia
por tu voz acompañada.
Refugiarme en la ausencia
de mí para despertar saciada.
FIN
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