jueves, 3 de mayo de 2007

DESAFÍO (1996)


CENIZAS

E iré leyendo por los caminos

de la tarde, páginas de un libro,

e iré pensando con buen tino

en un porvenir de arcanos pasos.

Dudo si existe o no el destino.

Dudando hacia el futuro emigro,

bebiendo con mis dudas un fino

licor amargo, vaso por vaso.

E iré soñando por las veredas

de la noche, un mañana exitoso,

e iré dibujando en la humareda

con un basto pincel mis glorias.

Quemaré en el fuego lo que queda

como el papel del recuerdo odioso.

Y arderán secas y en polvareda

las dudas muertas de mi historia.


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NOCHE DE FEBRERO

Recuerdo una antigua calle,

de suelo empedrado y ya liso

por el paso del agua y el viento

y los pasos del transeúnte.

Creo me agarrabas por el talle

y tu voz vibraba con tono preciso,

susurrante, en mi cuello tu aliento

(y esperar a que vida y amor su junten)

Recordé la luz de la vieja farola

y sus juegos de luces y sombras.

La noche era de febrero muy fría.

Entonces supe que tu alma estaba sola,

lo disimilaste con desdén y me asombras,

ahora que sé de tu alma, sola, como la mía.


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CUANDO LLUEVA EN EL INFIERNO

Llueve. Una, dos, tres gotas

resbalan sobre mi piel.

Frías, mojadas, temblorosas,

mis manos buscaron calor.

Entre unas baldosas rotas

corriendo como la miel

lentamente y silenciosas,

las lágrimas del desamor.

Y en este triste episodio

tantas veces repetido,

no hallo aún ese consuelo

que da la lluvia en invierno.

Mi remedio no es el odio,

ni otro corazón herido.

Será cuando muera mi anhelo:

cuando llueva en el infierno.


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Sólo el que ama o sueña

tiene un camino por recorrer.

Por eso el que se empeña

en algo no se debe vencer

por el desánimo o la opinión

de los que se rinden ante la vida,

pues el tiempo dará la ocasión

de poseer nuestra dicha merecida.

Sólo aquel que busca su camino

en un cielo rodeado de estrellas

puede alcanzar con su buen tino

un universo plagado de cosas bellas

como la sonrisa del ser amado

- feroz arma contra la amargura -,

y desligarse de lo vano del pasado,

salvo del amor, lo único que perdura.

Sólo quién sabe siempre sonreír

frente a los grises avalares cotidianos

podrá, en verdad, hacerse construir

una dicha fuerte en estos lares mundanos;

por ejemplo, el optimista que habita

con moderada forma de actuar,

desdeñando todo aquello que no le permita

reír, soñar, labrarse un futuro y amar.


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TRISTEZA

¡Qué triste es amar y no tener

un corazón nuevo

al que entregar toda mi sangre!

Ayer lo vi cuando se alejaba.

Me crucé con él en los pasillos

y ninguna vez supe si me miraba.

Presentí que ese desconocido ser

no quiere enterarse de mi existencia.

Y yo, absorta en mi habitación

lloro con rabia silenciosa su ausencia.

Supongo que tal vez la vida misma

decida unirnos en un mismo camino.

Él con el alma asesina

yo, con el corazón suicida.


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JUVENTUD

Siempre lo han dicho y mienten.

La juventud no es la mejor etapa de la vida.

Yo soy joven y sufro al ver un confuso futuro, lejano.

Mi piel es fresca pero nadie la acaricia.

Mi voz es clara mas pocos la escuchan.

Mi pelo es muy largo y quieren que me lo corte,

tengo ideas raras y la cabeza llena de sueños.

Juventud, ¿de qué me sirve tenerte

si aún no tengo amor

ni unas manos que besar

ni fiesta toda la noche

ni dinero en el bolsillo

ni mi palabra cuando quiera?

Si sólo tengo estudiar,

obedecer, esperar y soñar,

¿de qué me vales juventud,

si todo esto es continua espera?


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TRAS EL CRISTAL

Quise darte un beso

y se me resbalaron los labios

contra el frío cristal que nos separaba.

El viento me ondeaba el cabello

pero tú, absorto en tu conversación

- de fútbol acaso -, no me mirabas.

Idiota, si supieras que te amo...

...yo, sí, yo, la que mira tras el cristal.

La que te mira con miedo,

con odio, con cierta devoción,

quiere darte un beso.

Un beso sin cristales,

sin fútbol, sin colegas.

Beso fugaz y transparente

contra tus labios,

entre tus labios, hacia adentro.

Miro y no miras,

se apagó mi triste deseo.

Quizás mañana en el silencio

sienta arder mis labios

y quiera darte otro beso.


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Turbia se me ha vuelto la mirada,

de lágrimas turbia,

los ojos cansados

de no saber cómo no llorar.

A escondidas se ha ido

una parte de mi existencia,

duerme ahora en otros brazos

callado, escondido de mi.

Y cuando nuestros ojos se cruzan

él los esquiva, yo los contemplo,

cuando ella está muy lejos

él me mira y yo lo consiento.

Pero al estar sola y entristecida

hasta la gente que pasea

me estorba y me grita con sus pasos:

¡tonta, tonta, requetetonta!,

¿no ves que sus besos han ido

a parar a los labios de otra?

Yo, bebiendo mis lágrimas

aún creo soñar

conque algún día este anhelo

que llevo en el pecho y su loco palpitar

se sacien gota a gota, beso a beso,

en tu boca, amor, en tu pelo,

en tus ojos, en tus brazos,

en tu aliento, en tu cerebro

y en tu hondo respirar.

Cuando te oiga decir

que me amas por lo que soy

y yo sepa de verdad que no hay nadie más...

¡Tonta, tonta, requetetonta!,

¿no has pensado los años

que tendrás que esperar?


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HABLEMOS

Busco a alguien que viva

oculto entre las sombras,

que conozca la soledad

y la humillación de haber

querido amar con buena voluntad

y haber sido desterrado

al olvido, al fracaso,

sin ningún consuelo.

Hablemos, lloremos juntos.

Riamos, ¡qué fácil es todo

cuando tan sólo nos preocupamos

por nosotros mismos!,

como hicieron un día los demás.

Pero no,

no,

no vale la pena

quedarse ahí sentada

y poner cara de egoísta

o parlotear de cosas triviales:

mi pelo, las juergas,

el tío bueno de tu barrio,

la cafetería o el reloj.

No, hablemos del silencio,

de los tesoros inocentes

que quisimos regalar.

Hablemos también de las lágrimas

pues no conozco a nadie

que no sepa llorar.

Hablemos y esperemos,

hoy no vale la pena salir con ansia

a buscar otro corazón como refugio

sin antes calmar nuestro loco palpitar.

Hablemos, eso, hablemos.

Hablemos del viento, del eco, del mar.

Hablemos hasta de los besos

que no hemos dado

porque no nos dejaron dar.

Hablemos, sí, hablemos ahora,

que quizás el amor nos escuche

y nos venga a hablar.


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DESAFÍO

Días habrán en los que vivir

podré sin tener miedo a nada,

aunque no sepa el camino a seguir

conseguiré llegar a tu alma enamorada.

Aun cuando lloren las nubes

o ésos me señalen con sus dedos,

lograré conseguir lo que no tuve;

tu amor, libre de odio y de enredos.

Vivir sin que nadie nos moleste

en un mundo puro, sin rencores,

donde muchas cosas no sean este

laberinto de envidias ni temores.

Igual que cuando la triste luna

se oculta entre las nubes grises,

nos ocultamos ahora sin ninguna

palabra que nos haga felices.

Dios quiera que todo se pare

para quitarnos esta máscara fría,

que todos ésos se preparen

para vernos juntos algún día.


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SOÑEMOS MIENTRAS SOPLE EL VIENTO

El viento empuja las hojas

hacia lugares recónditos,

igual que la pena se esconde

en el fondo de nosotros.

Y soñar, soñar...

seguir soñando,

¿qué importa si hoy

otro corazón dejó de latir,

si envueltos en penas

otros bombean la sangre

sin saber por qué han de vivir?

Hay un hondo espejismo

dentro de nosotros todos,

es el que separa ilusiones

de las cosas realizables

y según la cantidad

fría y agria del pesimismo

que lo empaña todo,

sufrimos inconscientes

llorando sin lágrimas,

buscando refugio

en el latir de otros corazones.

Aun sabiendo la norma:

piensa lo bueno y serás feliz,

enmudecemos tristes

y soñadores, creyendo ver

que todos los demás ríen

cuando queremos correr y llorar

y se nos olvida que todos

reímos y lloramos

con las mismas máscaras.

¿Cómo limpiar el cristal

empañado del angustioso

espejo que llevamos dentro?

Soñando quizás.

Sí, eso, soñando.

Soñando mucho conque un día

ha de venir la solución

contra nuestro infantil pesimismo

que es como nosotros mismos:

un niño caprichoso y triste,

pero también un niño soñador.

¡Soñemos pues con un día puro y azul

y una noche tibia entre los brazos amados!

Soñemos entre las sábanas

o a la hora de la siesta, y por qué no,

soñemos también en el trabajo.

Soñemos con lo bueno

si al abrir los ojos

sólo vemos lo malo.

Soñando se mitigan las penas

y en vez de morir sufriendo,

moriremos soñando

y quién sabe, tal vez algún día

despertaremos en la gloria

y recordaremos que todo esto

de ahora tan sólo lo hemos soñado.


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AL VIENTO

Es muy fácil

cantarle al viento de estas islas.

Es un viento que ya sabe

de leyendas y canciones,

es viento de olas, de pinocha,

de dunas y de almendros en flor.

Viento que arrastra arena

y enreda cabellos,

viento que en el escudo de su pecho

lleva grabado el más canario grito

lanzado al viento: ¡Atis Tirma!,

grito de siglos, grito de un pueblo.

Grita viento

desde abril a septiembre,

grita con el sol que ilumina

los montes y los valles,

baila con el agua barranco abajo,

juega con las cometas

y deslízate por entre las ramas del balo.

Tráeme nubes blancas y noticias buenas,

tráeme un beso lanzado a ti,

viento, de esos labios que anhelo

y vuela con mi aliento

y cúbrelos de mis besos,

porque él, yo y todos

respiramos contigo, viento.


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SUEÑOS DE BIBLIOTECA

Caminos vacíos para caminar

las horas perdidas de un largo esperar.

Abiertos los libros, silencio fingido,

enterrar los ojos soñando despiertos

con besos y abrazos en el fondo

blanco de un libro de textos.

Mirando la hora con cierto desdén

¡qué no pase el tiempo,

que si no se va él!

Vaya casualidad

coincidir en el mismo lugar

con los ojos cerrados

la triste enamorada

y el joven inquieto de hondo respirar.

Contar los segundos fingiendo que estudia,

mirando de reojo por encima del libro,

a ver si él la mira o a ver si él repasa,

los apuntes a última hora

- sagrados minutos -, sin darse a conocer.

Y fijan la vista en el papel blanco,

en las estanterías de alrededor,

ocultando un suspiro,

silenciando los latidos del corazón.

Cuántos caminos soñados

en aquella biblioteca,

la ventana daba paso

al pasillo secreto a medias.

Sonaba el timbre

¿quién de los dos se levantará primero?

Disimular las ganas locas

de decirle un ¡te quiero!

Y enterrar de nuevo la cabeza

en los libros abiertos

sólo con el pretexto

de volver a soñar con él.


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Ya se han ido todos,

un año más llega la fecha,

perderse tres meses

y asarse de calor.

¿Quién contará conmigo

las horas este verano?


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Mi amor es como la llama de una vela,

a veces parece que va a apagarse

ahogada entre la cera

y otras, chispea loca

de un lado a otro para siempre

menguar y volver a crecer.

Mi amor es ese fuego

inocente y trémulo,

juguetón y ardiente,

constante en su vaivén.

Mi amor es como la llama de una vela,

de luz, pero también quema.


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BUENA NUEVA

El viento loco pasea

por entre las hojas de las palmas,

que ya están enteradas.

Allá a lo lejos el sol calienta

las cumbres gastadas de las montañas,

que también lo saben.

La isla murmura playa por playa

la noticia que le cuenta el océano,

¡las olas son sus palabras!

Todos ya en las medianías lo saben.

Ya se supo en los barrancos,

el Bentayga lo leyó

en el mar de nubes vecino

mientras los pinos lo iban cantando.

Ya lo saben las dunas del sur,

ya lo saben la tabaiba, el mirlo,

el capirote, el cardón y la retama.

Ya lo saben los pueblos y las ciudades,

ya lo saben todos, ya saben que me amas.


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QUISIERA... SOLO UN BESO

Quisiera que me abrazaras

en estos momentos.

Quisiera que me dejaras

tendida en la cama

como en un dulce sueño.

Abrazados, acurrucados,

soñando nuestro sueño.

Quisiera que me despertaras

despacio, con un beso

a ver si así se me va

este agobio que llevo dentro.

Quisiera, amor, quisiera

que miraras mis ojos

y comprendieras

este hondo malestar mío

y este triste silencio

Podrías hacerme sonreír

o darme fuerzas,

levantarme de nuevo

sólo con tu abrazo,

sólo con tu voz,

sólo con un beso.


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Mira las tristes playas,

lloran y no saben de qué.

Oye al viento que te grita

mi nombre y no lo ves.

Todo, hasta el asfalto

te mira con ojos desvalidos

¿por qué no la quieres?

¿por qué no la ayudaste

cuando más te necesitó?

Y ausente miras todo con desdén,

con indiferencia taciturna

y en tu nihilismo absurdo

te surge una pregunta:

¿qué hago yo en tu vida?

Quizás sea un fantasma

queriendo ser tu mujer,

acaso una sombra protectora,

yo ya no lo sé.

Mira las tristes playas,

te están mirando también.

Cada grano de arena

te pregunta si me quieres

y al tú contestar,

cada ola te pregunta por qué.


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LOCURA

Había luz en mis manos.

La gente tiene que elegir

todo el tiempo.

Yo no lo escucho y no quiero

permanecer callada

todo el tiempo.

Es difícil, esto es una locura,

una gran locura sucia,

pero no sé cómo escapar.

La luz se ha ido.

Mis manos están vacías.

Estoy sola,

ahora mi corazón está sucio.

Locura, aquí vienes

y aquí estoy otra vez.

Tú y yo, el desafío comienza.


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SÓLO TU VOZ

Todos me han dicho

que debo olvidarte,

todos menos tú.

Todos me han prohibido

que siga queriéndote,

todos excepto tú.

Consejos amargos,

frases hipócritas

he tenido que oír.

He escuchado hasta el llanto

de la luna en la noche.

Y mi cuerpo ha llorado

célula a célula.

Y tú aún no me has hablado.

¿Quieres que deje

de mirarte a escondidas?

¿Quieres que no escriba

versos con tu nombre?

¿Me aprecias?

Habla, amor, habla,

tus palabras valen más,

duelen más, clavan más

que esos consejitos

en boca de todos y asunto de nadie.

Habla.

Sólo a ti voy a creer.

Sólo tu voz,

incluso tus tristes mentiras

quisiera tragarme

sólo por habérmelas

dicho tú, con tu voz.


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Viento atroz que renuevas

mis pensamientos

y los haces volar como burbujas.

Déjame regalarte mis malas ideas

para que te las lleves lejos

y hagas con ellas lo que quieras,

pero eso sí, no se las des a nadie

ni las tomes tú, sólo para ti.


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La conciencia del existir,

sueño en la pluma del viento,

mar, infinito horizonte: océano,

desierto donde los sueños van a morir.

Ideologías de azúcar

no hacen caries en la dentadura

del hombre del campo, cuya dura

existencia le aparta los ojos del mar.

Relieve superfluo de la vida,

proyectos políticos que no servirán.

La isla calla y ellos no quieren callar.

Calla la isla, ¿por qué?

La isla aún calla en sus playas dormida.

Conciencia del existir...

¿Dónde estás?


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Almas que gimen al viento,

llévenme con ustedes a un largo viaje.

Quiero ir hasta lo alto de la cumbre

y flotar en la manta húmeda del mar de nubes.

Ecos que rebotan en las montañas,

luces del cielo que se apagan.

Todo es posible cuando sueño,

cuando cierro los ojos,

puedo creer hasta que me abrazas

tú, con tu piel lejana.

Olas que surcan el mar,

ríos de arena que bajan

sin más motivo que el viento,

que ruge en mi ser.

Llévenme hasta el fondo

a ver si consigo su querer.


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ADIÓS, AMOR, TE VAS

Se me va,

se me está yendo

ese banot candente

que llevo en el corazón.

Se me va

y me está doliendo,

pues mucho quise quererle

y él no me dejó.

Se me va

y me estoy pudriendo,

le dejé toda mi sangre

y el viento la derramó.

Se me va

y me ha estado mirando,

quizás recordando

lo mucho que le he amado yo.

Adiós, amor, te vas,

pero volveré a buscarte,

no sé cuándo ni cómo,

pero no pararé hasta encontrarte,

porque una parte de tí

se ha llevado mi yo.


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BAÑO DE SOL SIN SAL

En estos tiempos de viento y sal

la arena de la playa nos invita

a no salir de casa, a no pasear.

Y mi frente busca un baño de sol

sin viento junto al agua del barranco.

Una acequia de musgos fríos y aguas

temblorosas danzando entre las cañas.

Yo me quiero bañar hoy en la acequia,

las olas del mar hoy no me agradan.

Quiero secarme al sol sobre una piedra,

como los lagartos, sin arena en mi cara.

Respiraría hondo el aire del barranco

sin viento y sin brisa salada,

hoy quiero sol y agua pero no playa.


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Dicen que soy joven

y que aún no entiendo el mundo,

creen que soy débil

y he ganado más que algunos de ellos.

No importa ya lo que digan,

a palabras necias, oídos sordos.

Ahora me toca abrir las puertas,

caminar las veredas y abrir los ojos.

Sé que esto de vivir no es fácil

y lo sabe cualquier chiquillo,

sé que hay piedras y baches

pero también llanos caminos.

Una nube guiará mi senda,

y el viento soplará con su voz vieja,

y mis padres estarán siempre muy cerca.

Pero mi corazón late, mi corazón

late porque quiero vivir.

Y la lluvia lavará mi cara

y las olas del mar mi espalda.

Y tus lágrimas, amiga mía,

serán la locura y la energía

que me hará luchar más fuerte,

aunque los demás de arriba

piensen que porque soy joven,

que por ser medianamente pobre,

no sé seguir el camino.

Yo tal vez no llegue a la gloria

pero sé que yo misma y por mi cuenta,

protagonizaré mi historia.

Aunque digan que soy joven

e incluso, por ser mujer,

todo será más difícil,

aún quedan años para mi,

y el futuro está por ver,

y mi corazón late, mi corazón late

porque quiero vivir.


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LLANTO CÓSMICO

(llorar y reír por todas las cosas)

I

En el espacio vacío que flotaba

en el firmamento intelectual

de las cosas que lloran

cuando no se llevan a cabo,

ninguna de las inmediaciones analíticas

del acondicionamiento molecular

que da el orden de la quiniela cosmogónica,

me hizo creer que yo vivía oculta

en el mundo de las situaciones

enlatadas en aceite hirviendo

para el consumo humano

de las caricias irremediables

en la barquera del pueblo.

II

Con los sentimientos a flote,

sin la muchedumbre

de la diferencia de edad,

quedó rendido ante las charlas

psicológicas del pasado

que se nos propuso

cobarde y leal,

sin más prejuicios

que el absurdo mundo subterráneo

de la lujuria que huía

ante tanta chacha suelta

con escobazos aquí y allá

en la puerta verde del instituto

que yo mantenía vigilada.

III

Y si ahora me pica la frente

porque el pelo me hace cosquillas,

yo pienso en el partido de fútbol

de esta mañana

y cómo se reía el sol entre las nubes.

Es como si subiese

otra vez la inmoralidad

tenue de luz inblanquecida

que domina la primavera de Botticelli

IV

En la casa del libro

de su nombre

sus fotos eran

un montón de bonitas

y yo creía que era feo

pero no es así,

ya que sin duda

las mariposas me han sonreído

cuando el sol de estrellas envejecidas

me roció el alma

dejando tras de sí sólo amor.

V

Equiparándose a los huesos divinos,

yo comía chocolate milka

que me regaló en tus besos.

Ahora siento que la vida

es el camino de la esperanza

cuyos objetivos se arrastran

bajo el techo del imán

que cruje como un albóndiga

en el fondo del caldero

y es más lavadora

que tu madre los viernes

por la mañana sin yo conocerla.

VI

Pero aquí, entre tú y yo,

sinceramente, me invade la duda

de si el helado de chocolate era cierto,

que no es insecto del planeta tierra

y yo que te cuento más

de la galería de de los Uffizzi

si ya tú sabes que si esa estatua

fuese un tío tendría un cuerpo que te cagas,

yo no sé por qué no me había yo

dado cuenta de eso

la noche que subí al cielo

para llorar.

FIN