miércoles, 2 de mayo de 2007

DESPUÉS DE UN AÑO (2002-2004)

DESPUÉS DE UN AÑO...

Como se pierde en misteriosos ecos
el lejano tañer de una campana;
cual se extingue con pálidos reflejos
la luz agonizante en una lámpara,
así se desvanece tu recuerdo,

así muere en mi alma

aquel amor que yo creía eterno,

y que tal vez mañana,

si pienso en él, exclame: ¡pobre insecto,

te has ahogado en el fondo de una lágrima!...


Manuel Verdugo Bartlett
Hojas (19o5)



DESDE EL FONDO DE UNA LÁGRIMA

I

He visto un significado en tu palabra
y es que todo pasa y todo cambia.
todo se agota y no queda nada:
los silencios, las sospechas,
los suspiros y las canciones,
los secretos y las llamadas a voces,
los dobles juegos y los esperpentos,
los recodos del placer y las ilusiones.

No es finito el tiempo,
no tiene trazado un plan,
no parte de un concepto inequívoco
ni sabe salvar su error.

Ni siquiera las palabras
trazan el perfil preciso,
pues todo se va desfigurando
en los contornos de tu voz.

No es aliento ni es derroche,
no es huida ni terciopelo
no es herida ni hendidura:
sólo espera y atavío;
es que pase finalmente
esta capa de polvo que oculta el sol.


II

Explosiones de silencios me empujan
a no guiar mis recuerdos hacia tu imagen,
la imagen viva de desdén y la desidia
que en mí produces sin tu voz.

Correr y huir no son verbos suficientes.
Sueño con el calor de una tarde dorada,
cómo el sol contrae mis pupilas y aclara
mis ojos, mis cabellos y mi piel
en la sensual inocencia del lánguido crepúsculo.

Y tú estás ahí y me admiras
no por como soy, no por ser mujer
sino por ser una criatura impresentable
contrariada e inconclusa.
En definitiva, porque me echas de menos...


III

Cuánta lejanía, tal oscuridad
en medio de tanto andar sin rumbo.
Demasiados puntos y seguidos
en este guión de asfalto y olvido.
Pensamientos que se confunden
en el agreste espacio nocturno
tantas veces repetido.
En medio de toda esta contrariedad
me encuentro y me confundo,
tal vez sin motivo.


IV

Ni siquiera busco un fiel reflejo
ni un sedante que me devuelva la voz
que de tanto gritarle al viento
que no importa y que no duele,
más vacía y ronca he quedado yo.

Ya no importan los días o las horas
si esto muere antes o lo acabo yo.
No hace falta buscar en tu mirada:
el abismo del silencio me dice adiós.

No hay refugios ni palabras,
todo fluye al compás de la espera
de una espera vana y fugitiva
de un paseo amargo y ajeno.

Ya no importa no oír tu voz
si el vacío de la máscara mía
se me sale por los ojos y esta agonía
de no llamarte y saber un no.

No es perder el tiempo ni estar loca
no es justicia ni traición,
se trata de recuperar la voz rota
y llevarme lejos los restos de mi corazón.


V

No creo que nadie sepa explicar
lo que no es capaz de asumir,
salvo cuando lo ve en otros ojos,
cuando sabe leer en la mirada
de los demás las propias luchas
internas, la esperanza empalagosa.
Qué justos e inteligentes nos creemos,
nosotros, determinadas personas.
Si estamos cometiendo
el mismo error que criticamos.
Si seguimos sufriendo
y fingimos que ya no amamos.
Continuamos muriendo, al tiempo
que recogemos las cosas y nos vamos.


VI

Recuerdo siempre aquellos versos:
"¡pobre insecto, te has ahogado
en el fondo de una lágrima!..." y me asombro de saber cuán cierto
he sido yo como ese pobre insecto,
pero la lágrima primero es dulce
y sólo al final se muestra amarga.


VII

Cuando te vi la última vez
supe que todo había terminado,
que las tardes no son esperas
y los viernes días infinitos.
Los lugares ya no escondrijos
y las caras, nuevas respuestas.





UN AÑO DESPUÉS

I

Acudiendo a las nuevas emociones,
se me repite el viejo esquema ya conocido:
que el amor nace de las ilusiones
y se adentra en el silencio a un abismo poseído

por el deseo de alcanzar, de seducir,
de ser alcanzada y seducida.
Por la lucha constante entre vivir
la imaginación o la realidad vencida.

Qué más da que él sólo sea un sueño,
si da un nuevo sentido a ésta, mi vida.
Quién sabe si tal vez con empeño

consigo rehacer estas esperanzas muertas
ahora que ya se ha cerrado la herida.
Pronto sabré si mis fantasías son ciertas.


II

Tu silencio me seduce.
Traspasa el ruido y lo demás
no importa, cuando hablas
con tu extraña mirada.

¿Qué ignorados pensamientos
brotarían de tu voz
si me hablaras?

¿Quién puso esa barrera
de silencio entre nosotros?
Lo sabré cuando nazcan las palabras.


III

Suele pasarme a menudo,
no me gusta que me contradigan:
cuando el corazón se queda mudo
es por miedo a que te sigan

observando los anhelos de ese día.
Por ello es importante fingir indiferencia
que no noten que un retraso te ansía
o que te aburra percibir su ausencia.

Tengo miedo a que me observen
con una taimada paciencia
pero también puede que conserve
una poco apropiada inocencia.

Sea lo que sea, será y será pronto,
pues no hay misterios que me condenen
a no resolver esta curiosidad insatisfecha.

Sea lo que sea, será y será pronto,
pues no hay celos que me envenenen
aunque ya la pócima esté hecha.


IV

Transición de un sueño a otro,
de una esfigie dormida
a una quimera despierta.
La música fluye en su vaivén
y transforma a las extrañas
criaturas de la noche.

Pronto llegará el baile
más sensual de todos:
el de los disfraces,
donde se cambia -qué curioso-
la máscara diaria
por otra más estrafalaria.

Oportunidad mía o equívoco
habrá que dejar las cosas claras.
Esa energía se aleja
al tiempo que peligrosamente
otra no deseada me atrapa
el tiempo, la música
que me roba tus palabras.


V

Estoy planeando una huida
o quizás un replanteamiento
de esta incierta situación,
caprichosa duda en la noche.
No sé cómo liberar al viento
de la tarde este sentimiento
que imagino como traición
pero que no puedo asegurar.

He ahí el problema:
que las suposiciones son más rápidas
que los hechos, que las palabras.
Desde su soplo de arena
el viento de la playa
me dará sus respuestas.




Si te piden un corazón te doy el mío,
que está cansado de c0meter los mismos errores
y dar la bienvenida a los meses solo y frío.

Si se burlan de mis colores, que más da
si no todo el mundo puede sentirlos.
Hoy por hoy camino sin esperar mucho.




NO SOPORTO...

No soporto...
No soporto el olor de las azucenas
ni la sangre que brota sin permiso,
ni dormir con los pies fríos
ni mancharme con este bolígrafo.

No soporto...
que ante mí beses a otra
o que finjas que no me has visto.
Ni el aire seco y abrupto
cuando camino sin rumbo.




LA MOTO ROBADA

Todavía sigue ahí aparcada.
Esperé a que se fuera toda la tarde.
Debe ser que no le gustan las sombras
o que no tiene a dónde ir.

Todavía sigue ahí,
en la quietud sin movimiento
con los cables en el suelo
y el esqueleto ladeado.

Todavía sigue ahí
y sabemos que es robada
y que el tipo era un cobarde.




SENTARSE A ESCRIBIR NO ES FÁCIL

Sentarse a escribir no es fácil
y menos aún cuando no quieres
hablar de soledad, de viento,
de pibes que no existen
ni de cómo se escapa el tiempo.

Sería interesante encontrar un tema
que dé otra luz a estos versos,
que merecieran la pena
ser leídos desde el silencio.

No hay palomas ni relojes,
ni mares, ni montes, ni lamentos
que me inspiren a escribir esta noche
en este improvisado cuaderno.

Sentarse a escribir no es fácil
porque por mucho que te expreses hacia afuera
lo de siempre duerme enclavado ahí dentro.




Vamos a ver si me acostumbro
a volver a escribir de nuevo,
a contar sueños y pesadillas en verso,
a mirar desde dentro del espejo,
ahora en las tardes de otoño,
cuando aún no ha llegado el invierno.




ALZHEIMER

Cerrar los ojos, no ver nada.
No sé quién es esa mujer
que me mira asustada
al otro lado del espejo.

Antes cada cosa tenía su nombre
y conocía todas las flores.
Ahora no sé lo que me pasa,
sólo quiero que no llores.




ME CANSA

Me cansa esta espera inútil,
este cansino juego de palabras.
Los días se van muriendo solos,
rutinarios y estancados.

Me cansa este huir hacia adelante.
Repetirme una y otra vez
las mismas mentiras incompletas.

Me cansa este abismo inútil,
esta coraza sin palabras.
Este silencio impuesto y vacío
mientras tú te alejas arrogante.




Huele a silencio.
Nunca las cosas que te dije
sirvieron para tan poco.
Lo cierto es que tampoco
confié en que supieras
guardar mis secretos.
El viento que todo lo arrastra
y olvida no consigue borrar
tu nombre de mis sueños.




T
e acercas silencioso, como un gato,
explorando el terreno.
El fuego me invade las mejillas
y bajo la mirada.

Con disimulo te quedas un rato.
Luego te vas sereno.
Todavía te miro a hurtadillas
pero ya no queda nada.




FUGITIVA

I

Es la segunda vez que huyo
para ver si consigo olvidarte.
Es la segunda vez que intuyo
que no dejaré de recordarte.

Cada noche sueño
con un amor imposible,
mientras tú cada noche
abrazas a otras, impasible.



II

Si alguien me explicara en qué me equivoco.
Si alguien limpiara mis lágrimas
con un trozo de sabiduría.
Si pudiera dejar de tropezar
tantas veces en la misma piedra
y pudiera emprender
ese camino que desconozco.


III

Te acuerdas de mí y yo sufro.
Dices no entender que yo no olvide.
Sabes que me cuesta y no es orgullo.

Sólo disfrazo la pena mientras
te quedas ahí, siempre mudo.
No debes pretender que todo siga
como si nada, como si ésta
-yo-, fuera sólo un silencio.

Te acuerdas de mí mientras yo huyo.




Cuesta comprender
lo que nunca se ha llorado.
A veces en los caminos de la tarde
se cruzan mil preguntas.
Déjame cerrarte los ojos
y apartar del frío y del vendaval
tu piel inerte y deshecha.
Porque las sombras furtivas
que juegan al escondite
entre las rendijas de esta habitación
nos pertenecen.
Que más da si ahora
el reloj ha dejado de repetir
su melodía infinita.




Busquemos lejos de este frío otros paraísos.
Ayúdame a encontrarme
en este laberinto de patrañas.
Hay que conocer el otro lado
y no caer en el olvido,
en la tela de la araña.
Ya se encienden las luces
y se avecina otra brisa.
No quiero más mentiras
ni más sueños rotos,
sólo un silencio que calme
esta sed de ti
que tengo en las entrañas.




Me quiere llevar a su terreno
para bien o para mal
pretende que entre en su mundo.

De hombres así está el mundo lleno.
No me apetece pensar de más
ni anticiparme a lo que ignoro.

Sólo espero construir un muro bueno
que me proteja de todo mal
pero que tenga puertas al mar
para recibir todo su tesoro.

Me quiere conseguir y convencer
a todos de que es un líder.
No piensa que aún soy fuerte.

Cree que es fácil hacerme creer
que si hago lo que pide,
su compañía es mi mejor suerte.

Ja, ja, ja...




M
e dijiste amiga, que averiguar
los porqués de las cosas
sólo me iba a estancar.
Las lágrimas siembran dudas
y no hacen ver el camino.

Me dijiste también que olvidar
es necesario en ciertas cosas
si quiero en la vida avanzar
pues no todas las sombras son oscuras
ni todo depende de un destino.




DE VUELTA AL TRABAJO

Hoy toca empezar de nuevo,
un nuevo horizonte: un nuevo empleo.
Atrás he dejado las horas lloradas
de angustia y arrepentimiento.
Es tan fácil caer presa del tiempo
y no ver recompensa en dinero
que ya no quiero verme estafada
por un contrato y su cumplimiento.

Por amor a un trabajo enfermé,
perdí salud, amistades y sueños.
Por un empleo digno luché
y nadie valoró mi empeño
en la calle sin luz me quedé
y ese despacho tiene ahora otro dueño.




Somos como aves de paso,
números subvencionables,
promesas de gobierno,
cebo para sindicatos.

Vamos mendigando un empleo
aceptando curros inestables
acallando el soborno
y actuando como mojigatos.

No importa cuánto valemos
ni los estudios que tengamos
sólo lo que aceptemos
y lo que obedezcamos.

Pero esto tiene que cambiar,
tarde o temprano, sucederá;
la cosa va a estallar
y algún sinvergüenza caerá.




Sería muy agradable
poderme deslizar esta noche
por tu piel y sumergirme
en lo profundo de tu abrazo.
El frío de la tarde me invita a soñar
a sabiendas que tus pensamientos
no me pertenecen,
ni tu mundo es mi mundo
ni piel podrá probar tus besos.
Hay una pereza inquieta
latiendo en mi interior
que se obnubila al verte
y se convierte en espejismo
que se ve y no se toca,
que se consuela y se divierte.

Sería muy agradable
dejarme atrapar por tus labios
y dormir henchida de gozo
entre tus brazos.
El brillo de tus ojos me incita
a besar al aire y al viento que mece
este deseo mío sobre este cuerpo tuyo
al que no me has dado acceso.
Hay una experiencia incierta
batiendo por salir al exterior.
Huracán o seísmo
será el fuego de tu boca
si la vida me da esa suerte.




Hoy preparo una mascarada
para este frío carnaval.
Mientras la lluvia se aleja
sueño con transformarme
en una princesa oriental.

Hoy ensayo una mirada
para la noche más sensual,
por si acaso tú te dejas...
pues anhelo a ti entregarme
como una novia en su lecho nupcial.




Me da rabia cuando dicen
que la gente es buena cuando muere.
No importa cuánto daño haya hecho,
murió ¡y qué buena persona era!
Hipocresía cristiana, consuelo de tontos.
La muerte avanza silenciosa
dejando cada día cadáveres a su paso,
los que salen en los telediarios
no son más buenos que los anónimos
ni menos olvidados que los hartos
de vivir muertos en vida: los que no sueñan
porque no saben o lo han olvidado.




Por mis palabras estoy presa.
Por mis opiniones, he fallado.
Mientras, los otros, celebran su fiesta
y yo me quedo aquí con este callado
berrinche, al otro lado de la mesa.

Quise creer que hacía lo correcto
y la ingenuidad me aplastó
como a una hormiga en plena siesta.
No encuentro calma ni prospecto
alguno que alivie lo que la desilusión gastó.

Por mis palabras estoy sola,
con mis deudas y mis dudas.
Quisiera poder volver allí inhiesta,
astuta, paciente y a mi bola,
la mente rebelde, pero esta vez muda.




La noche que tú me quieras
yo estaré muy lejos.
Me habré gastado y oxidado,
seré sólo un reflejo.

Sé que nunca me necesitarás,
ni siquiera entre las sombras.
sólo el aire vacío que flota
sabe aquello que no nombras.




Dame una oportunidad
para demostrarte que no miento.
Dame la seguridad
de no errar en este intento.
pero ¿qué hago? Ah, ya:
suplicarte desde el pensamiento.




Estoy aquí sentada, en un sitio extraño
donde no conozco a nadie y tras los cristales
el cielo se dibuja difuso y nublado.

Hago un parón y disimulo,
no es fácil escribir en este sitio.
Me sujeto un mechón de pelo
y trato de enfocar la vista
en la hiedra que trepa por el muro.

Alrededor la gente susurra sus historias,
no sé si me siento vacía o sólo triste
y vuelvo a enterrar la cabeza entre los libros.




No sé qué sentido tiene
ni qué lo detiene.
Sí, me da rabia, me da recelo,
esperar todo cuando es nada
y ver cómo me agoto en el anhelo.

Esconderme
tras las verdades de otros.
Disfrazarme
de indiferencia y de mutismo.
Vaciarme
y desnudarme ante otros.
Cansarme
y regresar a este abismo.

No sé qué sentido tiene...
...si siempre es lo mismo.



FIN

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