miércoles, 2 de mayo de 2007

POEMAS DE UN BREVE VERANO (1998)

POEMAS DE UN BREVE VERANO


Hoy son pocas las ganas
de enfrentarme a mis obligaciones.
Tengo la cabeza vacía.
Soy como una flor marchita
en un tiesto de ilusiones rotas.
Todo da vueltas a mi alrededor
y me parece que los demás
se están riendo a mis espaldas.

Me da rabia admitir mis errores
pero más aún que aquellos
a los que ayudo se esfumen
por sus lejanos senderos
y no se acuerden
ni de mis penas ni de mi rabia.
La soledad y el viento serán mi refugio
hoy que comienza el verano.

Aguantar los impulsos de escapar
y reprimirlos porque no hay dinero
para comprarse el dichoso billete
de ida a ninguna parte.
Porque eso es lo más patético,
que no sé ni lo que quiero.
Vivan estas palabras,
vivan estos lamentos,
viva todo lo que nazca de mi interior
cuando me vuelvo pura
y transparente conmigo misma,
reconociendo mis torturas y mis miedos.

Dejo a los demás en sus ocultos senderos
y cuando vengan a buscarme
para que les solucione sus anhelos,
no les diré ni que se vayan
ni que no quiero,
haré lo que pueda por ellos,
como siempre, porque prefiero
tener el corazón tranquilo
aunque después me dejen en el sendero
que pasar la vida fingiendo
algo que no me gusta
y que en el fondo espero.





DORMIR

Dormir.
Afuera el aire está caliente.
El calor y yo nos enfrentamos
pero siempre le venzo
bajo la fresca sombra de mi casa.

Entre mis frías sábanas la angustia
viene a visitarme cada noche,
me avisa de los caminos sin recorrer
y de los errores que vienen a mi memoria
y se posan en mis ojos
como las moscas en mi piel
cuando quiero estar sola
y rehuyo hasta del aire.

Tú te me apareces en mis sueños,
pero como una pesadilla más.
Soy prisionera en una casa
repleta de símbolos
en los que no sé si creo,
habitada por personas que me fatigan.
No se puede mirar atrás
me dice ese inventado ángel.

Ni la palmera inmóvil ni los grillos
ni la amenaza del aire caliente
pueden contra mi desafiante dormir.
Da igual lo que los otros digan,
soñar y retozar bajo las sábanas
es tan simple como posible
tanto en enero como en agosto,
si realmente quieres irte a la cama
y alejarte de las pesadillas
que te acechan en la vida diaria,
cuando estás supuestamente despierta.





Ya de agosto va pasando la mitad
y qué rápido se fue el mes de julio,
lo nuestro quedó en simple amistad,
pues no conseguí ese corazón tuyo.
Quedan más noches y más días,
más fiestas, chiringos y más sonrisas.
Nuevas miradas, coqueteos y tonterías,
hay tiempo, mejor hacerlo sin prisas.
Echo de menos tu sonrisa
pero no me atrevo a buscarla,
me incomoda pensar
que tal vez pueda necesitarte.

Junto al mar y su brisa
me acerco al agua sin tocarla,
es muy relajante caminar
por la arena sin mojarte.

Te imagino con una camisa
blanca y deseo desabrocharla,
tu piel desconocida acariciar
y desnudo en la arena dejarte.

No sé si quiero realmente amarte
o sólo el fuego de tu piel probar,
y con mis besos apagarla
sin que muera con ello tu risa.





La luna me mira con su único ojo.
Me siento a buscar bajo la noche
algo que desconozco.
Mi aburrimiento me limita
y mi ambición a soñar me invita.

Esta tarde el sol estaba rojo
Y la playa llena de coches.
Sí, lo reconozco,
llevo días perdiendo el tiempo,
huyendo de la ópera del viento.
No quiero volver a enamorarme
si el viento estival no es mi amigo,
si las estrellas no se ponen de mi parte,
si tus ojos no son sinceros conmigo
o si no estoy segura de poder amarte.

Sombra intangible, hombre moreno,
desafías al viento con tu pelo,
vas derecho hacia adelante,
no sabes que te espero,
ni yo sé para qué esperarte.





BAJO ESTE CIELO POBLADO DE ESTRELLAS

Me gustaría soñar que me estás buscando,
que anhelas mi presencia y mis labios.
Caprichosa es a veces la imaginación
pero en la vida real el teléfono no suena.
Creo que ya he olvidado tu voz
bajo este cielo poblado de estrellas.

Qué bonito creer que me estás esperando,
para susurrarme esos sonidos sabios
que azules brotan de tu canción.
Pero ninguna música extraña suena
si de tus labios no resurge tu voz
bajo este cielo poblado de estrellas.




Mirando las fotos de la infancia
parece que la niña sonriente
que aparece en ellas, no soy yo
sino un recuerdo en la distancia.





Es difícil buscarte entre la multitud
que se agolpa al son de la música.
Entre sus cuerpos calientes se percibe
el olor almizcleño de la noche,
mezclado con alcohol.
Todos quieren algo,
todos buscan algo,
todos, incluida yo.

Es difícil distinguir en sus miradas
la soledad de la simple diversión.
Hay que examinar lo que sueñan
esos ojos que te miran y te dicen
cualquier cosa al pasar,
mientras se escudan en sus copas,
en sus sombras o en su andar.

Y cuando parece imposible
seguir caminando entre el barullo
y los empujones, apareces tú,
tan distante, tan efímero
que bastan tan sólo unos segundos
para perderte de mi campo visual.

Nueva música, nuevas caras,
me pregunto dónde estarás,
si has visto que he pasado
o tenías la mirada ausente,
buscando un pasillo humano
de alivio por el que poder pasar.

Ya se está acabando la noche
y me entrego al dulce sonido,
que me envuelve junto a las leves
caricias del viento en mi piel trigueña
mientras cierro los ojos golosos y,
por fin, he encontrado un lugar
espacioso en el que poder bailar.





Cuando al fin la nube de polvo
del calor asfixiante se levantó,
se podía divisar a lo lejos una figura,
era tu silueta contemplativa
ante el nuevo aire fresco que llega.
Ni las sombras de las casas,
ni los patios con sus helechas
pueden refrescar mis labios,
ni siquiera el dulce licor.
Sólo quiero la linfa de tus besos
en un abrazo de agua y de sol,
sin arena ni brisa ni viento
sin calima del desierto.





Qué larga es la noche
cuando no se puede dormir,
cuando la mente da infinitas vueltas
y no encuentra consuelo el insomnio.
Por fin el cuerpo cansado
se rinde poco antes del crepúsculo
y venga a soñar
con lo que nunca llega
o lo que no existe,
con lo que se perdió
o no vale la pena soñar.
Los rayos del sol en mi ventana
me dan la bienvenida.
Un día nuevo y tal vez,
no lo sé, la misma realidad.





El hombre moreno se ha ido.
Las ilusiones se desvanecen
En silencio tarde o temprano,
de la misma manera que se va la brisa,
dejando su rastro y su olor marchito
durante unos breves instantes.









TEST

Puede que la a, o la be o tal vez la ce.
Cuarenta decisiones que he de resolver,
por las que puedo aprobar o suspender
poniéndome a prueba a ver si me lo sé.

Y de ahí si me acompaña la bonita suerte,
guardaré el dichoso librito en mi estantería.
Y cogeré el volante con miedo y alegría,
con prudencia, no me aceche la muerte.

Subiré en el coche con su ele colocada
y a conducir por los caminos de la vida,
Sin girar a la izquierda en visibilidad reducida.
y a ser una más en los atascos cabreada.



IMPASSE

Tengo metido en la cabeza un enorme lío,
es que no sé si me gusta o paso de ese tío.
Un día me prometí huir de estas situaciones
pero nunca sé cómo controlar las ilusiones.

Las horas se me escapan de tanto soñar
y luego a su lado no sé ni de qué hablar.
Y me da tanta rabia gastar así mi energía
que después me siento fatal todo el día.

No tengo ni idea si él de mi está o no enamorado.
Supongo que a estas alturas ya se habrá enterado
de mis sentimientos. Sólo sonríe pero no dice nada,
lo cual me cabrea más y me deja desconcertada.


FIN

No hay comentarios: