miércoles, 2 de mayo de 2007

SUEÑOS Y PESADILLAS (1994)

SUEÑOS Y PESADILLAS


I

Todavía me extraña ver
que no ha perdido sus ideales,
su lucha, sus emociones, su fe
que son distintas y a la vez iguales.

Supongo que todos habremos
cambiado de parecer,
supongo que todos hemos
amado y odiado a la vez.

Y en algún lugar del tiempo
echan todos a correr y él se queda quieto
sin nada que temer.

Cuando las piedras golpeen
mi cara, mis hombros, mis pies,
allí estará enhiesto y ausente,

pensando en ello tal vez.



II

Bestias por la espalda
me apuñalan y él no sabe nada.
Voces que me escupen en la cara
y él casi ni habla.
Terrible mi lucha,
duras mis palabras.
Fin del combate,
gano la batalla.

Y él sin saber
apenas nada
osado ríe,
cobarde calla.

Si yo merezco esto,
él no merece nada.



III

La ira del temor
en mí se ha desencadenado.
Perdida entre las sombras,
entre el frío viento helado,
busqué una luz entre tinieblas
y llegué a tu lado.

Busqué razón a mi silencio
y lo he hallado.
Tengo motivos para seguir
viviendo sin que nadie
me haga callar.

Sé secretos que jamás
nadie osaría contar.
Busco entre las huellas de tu pasado
un grito hondo de libertad.




IV

Energía ardiente y poderosa
que te sumerges en mi cuerpo,
dulce caricia vaporosa
que adivinas lo que pienso.
Sé que día tras día
estás creciendo dentro,
absorbiendo poco a poco
lo malo que tengo.

Está mal pensar en ello
o quizás es bueno,
energía electrizante,
poseedora de lo bello.

Dueña de mi alma,
mi fe y mi cuerpo.
Llévame hasta ti
que te quiero conocer.



V

Heroína de batallas soñadas,
princesa de reinos perdidos,
nativa de paraísos prohibidos,
emperatriz de naciones inventadas.

Reina de las lejanas estrellas,
dueña de tus sueños,
sombra estrecha y arqueada,
confidente en tus secretos.

La clara luz que nace
al alba sobre tu cara,
la guía de tus pasos,
las pupilas de tu mirada.

La dueña de tus besos,
la que sigue tus pisadas.
La que te acaricia cuando duermes,
ésa soy yo: tu alma enamorada.



VI

Una noche cuando en el cielo
la luna extendía por el suelo
su esplendoroso arco de plata
y los grillos revoltosos cantaban,
comprendí por qué todo
era una idea abstracta.
Nunca antes había experimentado
esa sensación tan extraña
que hacía temblar mi cuerpo
y mis ojos delataban.

Pero aquello ya es del pasado
y ahora sólo queda el mañana,
cargado de sentimientos
nobles y duraderos
como la fría lluvia
que brota a finales
de enero y no para.



VII

Guerrero de plata,
lágrimas de fuego.
Sigue luchando,
nada se pierde.
Todo es mentira,
nada es eterno.
Todo es veneno,
todo es etéreo.

Guerrero de plata,
espada en mano,
rosa roja en la otra,
sigue luchando
hasta la definitiva derrota
que será la muerte
de un gran sueño efímero.




VIII

Luz irreal o luz divina
acecándose cada vez más.
Terremoto que se avecina,
correr sin parar jamás.

Tú puedes, tú puedes,
tú eres mi princesa.
Tú quieres, tú sabes
que eres mi princesa.
No te pares, por favor.
Sigue intentándolo.
No te detengas,
no debes tener miedo
ni llorar de rabia.

El camino es largo
pero tú sobrevivirás sin miedo.
Ya lo sabes ....
.... eres mi princesa.




IX

Si lo miramos de otra manera,
si lo pensamos desde la otra cara
se ven las cosas de otro modo:
aún no lo he perdido todo.

Aún queda la esperanza,
aún la locura intacta
reservada a mi imaginación,
llámese sueño, paranoia o ambición.

Sea dulce y fresca como ilusión
de niña enamorada o mujer desolada,
aún conservo la razón.

Aún no he llorado,
aún no he mentido
porque visto de otro modo,
aún no lo he perdido todo
y volveré a intentarlo, tal vez.



X

Me sentí confusa y perdida
y a la vez alegre y pasiva.
Me sentí enojada y ofendida
y a la vez desahogada y hundida.

Ahora ya me siento mejor,
la vida es dura, princesa
pero no le debes guardar rencor.

¡Ah qué aliviada estoy
ahora que todo se sabe,
que no callé como una cobarde,
ahora sé quién soy!
Escucha, princesa, escucha,
no debes abandonar esa lucha,
era por una causa justa.
Tú, princesa, merecías ganar.
Sigue adelante y lo conseguirás.




XI

¿Qué eres? Dímelo:
eres como un ángel caído,
un diablillo arrepentido
o un niño descarriado ...

Dime.: ¿Qué quieres tú?
Tal vez fama y fortuna
o quizás no ser nada,
tal vez tocar la luna ...

Dime: ¿Quién soy yo?
Soy una niña soñadora
o una mujer inmadura,
soy como un reloj sin hora
en el universo de mi tiempo
o arena en una duna.

Dime: ¿Qué quiero?
Te lo diré yo
más allá del viento y de tu amor,
más allá de tu alma y de tu cuerpo,
más allá de este silencio,
más allá de Dios.
A ti quiero yo.



XII

Parecía una navaja
pero no me asustó,
como un juego de baraja
en el que perdí yo.
Y ahora mientras celebran
el triunfo, yo pienso
cómo acallar sus voces,
cómo no hacer chismes
de lo que siento.
Pero no les tengo miedo
ni tampoco recelo.
Ya se pondrán a mis pies,
tal vez en mis sueños,
me subiré al trono del rey
pero no sola, sino junto
a aquellos a los que más
quiero porque lo merecemos.




XIII

Dulce y fascinadora mirada
que en la suave caricia soñada
hace brotar una sonrisa esperada
la cual despierta al alma enamorada.

Mirada oscura y sedienta,
ojos oscuros miran fijamente
evocando pensamientos que inventa
con luz de poeta adolescente.

Besos soñados que en la luz furtiva
deshacen el corazón a suspiros
quedando la voz en el silencio cautiva,
donde el aliento se confunde
con el ardoroso sentimiento
que las dos almas en una funde.




XIV

Sobre el agua fría del mar,
pisando sobre el cálido suelo,
para encontrarte por aire vuelo,
mas no te hallo, divisarte no puedo.

Aún siguiéndote los pasos,
persiguiendo tu voz al viento,
intentando ser dueña del tiempo,
antes de que el cielo marque el ocaso.
¿Dónde estás que no te veo?
Por más que te busco, nada sé,
en la búsqueda de tu amor creo
pero ciego y fenezco, nada sé.

¿Dónde se oculta tu amor?




XV

Corrí entre el viento
elevóse mi pensamiento.
Volé tan alto como pude
y aunque poco tiempo estuve,
la visión del momento
me impregnó de sentimiento.

Creí que soñaba o reía,
creí que lloraba o sufría,
creí que me amabas ... creía.

El sol se ha ocultado,
mis ojos quieren llorar
mas no pueden porque
el viento ha vuelto a correr
llevándome de nuevo con él.




XVI

Lo intenté, sabedlo.
¡Por Dios que lo intenté!
pero no entiendo por qué
no conseguí retenerlo
cuando a su lado cruzé.

Capricho o sueño intocable,
¡estuve cerca de él!
"Omnia Tempus Revelat"
y yo todavía me pregunto
por qué no pudo ser.




XVII

Y ahora que todo se acaba
quisiera yo saber
los tesoros que para él guardaba
¿dónde los dejé?.




XVIII

Más fuerte que el dolor
es esta duda en mi ser
¿a dónde va el amor
cuando se deja de querer?



XIX

Y mi pregunta es:
¿Qué pasó con la libertad?
Hombres y mujeres
han dado su vida por ella.
Políticos y trabajadores
han dejado sus huellas.

Ahora, finales del siglo veinte,
¿dónde te escondes libertad
que no hay quién te encuentre?

Si eres irreal, muere,
si no muéstrate en verdad.




XX

Te dije amigo que la vida
sigue y sigue sin parar
muchos caminos
por los que almas han muerto
y otras muchas nacerán.

La vida es camino: tómalo,
síguelo, ámalo, ándalo,
constrúyelo, restáuralo,
míralo, vívelo ...

Te dije amigo que andaras,
que nuevas cosas se hacían esperar
para que con tu llegada
tuviesen un principio y un final.



XXI

La mentira corrompe sus venas,
fluye por su sangre rápida,
cobarde, cruel, obscena ...

Las palabras rotas en dos,
su sarcástica risa irónica
nos daña a todos
ensuciando nuestras almas
sin poder evitarlo ...

La crítica y el rencor
son las dos llaves
de las puertas del infierno.

La mentira gastada algún día morirá.




XXII

Tormenta de dudas,
posa sobre mi espalda herida
una responsabilidad.
Ni siquiera me es valiosa
la idea de la libertad
para todos conseguida.

Y el cielo gris se vuelve
cuando los perros ladran
y la gente camina
hacia el umbral de la muerte.

Y mi carga se hace más pesada,
hondo pesar me ahoga,
alma triste y afligida
cargando las dudas a la espalda.




XXIII

Yo no quiero ni políticos
ni policías ni jueces.
Nada de curas ni críticos,
yo hago lo que me parece.

Basta ya de palabrerío,
mucho hablar y poco hacer,
cada cual es libre de albedrío.

Yo no quiero ni corona
ni bandera ni rey. Yo no quiero clases sociales
ni razas superiores ni ley.

Que cada cual tire por su camino
con la conciencia y el perdón limpios
porque ya ... nos queda poco tiempo.




XXIV

Quisiera yo saber qué es peor:
la traición o la simple y vulgar
mentira premeditada.

Quisiera yo poder apagar el rencor, la ira en mí
y los estúpidos y fuertes celos
que han convertido a la raza humana
en un proyecto frío, muerto y perdido.

¿Qué es lo peor?
Tal vez la indiferencia al dolor.




XXV

La lluvia se ha ido.
La montaña húmeda ha reverdecido.
Luces de neón se apagan
cuando aparece el sol.

Muere el mundo si no hay
sonrisas, libertad e ilusión.

Muerta o dormida estoy
esperando la próxima lluvia
para que limpie el cielo
mientras mis lágrimas
van golpeándose contra el suelo
sin parar ...



XXVI

Adonde quiera que yo vaya
mi sombra siempre está.
Inseparable compañera
de dulces momentos
y dolorosos hechos
que ha visto
sin querer protagonizar.

Dime sombra fiel:
¿qué es lo que te hace
estar siempre a mi lado,
las leyes de la luz
ó el ser cómplice
de mi presente y mi pasado?

Si mi sombra hablase
callaría mi voz.




XXVII

Algún día seré madre
dando a la vida luz.
Algún día seré alguién
para que me conozcas tú.

Algún día dormiré
para siempre sonriendo,
viendo por última vez
tu rostro y evocándote
a tí, que siempre te amé.



XXVIII

Sus hambrientas manos
golpean la roca.
¡Es duro trabajar
de sol a sol
pero el pan a la mesa
y tus hijos sonriendo
merece la pena!



XXIX

A veces dejar de soñar yo quiero
pero al ver que este mundo es feo
vuelvo a navegar en mi velero
aun sabiendo tempestad espero.




XXX

Trabaja la tierra
semillas, hoz, viento.
El sol en sus venas,
el fruto en su aliento.
Mas el pan de cada día
fin pone a su esfuerzo.

Canario labriego
luchando por tu tierra,
en la tierra vives,
de la tierra comes
y una mañana serena
descansarás en ella.





XXXI

Buscando ideales
como se coleccionan estrellas.
Mueren en la luz del mundo y de la vela.
Nacen con una nueva sonrisa
ideales a poner en práctica,
mas mucho hablar
y luego poco hacer ...

Las estrellas son infinitas
pero todas muy diferentes.
Pregúntale a tu cabecita
qué es lo que quiere realmente:
una cosa es seguir a alguién
y otra imitar a la gente.

Ya las pintadas en los muros
para nada nos sirven
si son mentes ignorantes
quienes las escriben.




XXXII

Quiero salir de la rutina,
dar media vuelta,
romper el despertador.
Buscar solución a lo que avecina
y caminar sola
hasta que se oculte el sol.

Soledad estúpida y eterna
creada en mi mente enferma
cuando soy presa del dolor.
La soledad es la que hace
que mi vida vacía y aburrida parezca.

Busco besos, pasos, frases
que me devuelvan
mi espíritu luchador y alegre.
Se escapa el tiempo de mi vida
y no sé cómo detenerlo.



XXXIII

¿Te escondes de mí? Lo sé.
Lo vi en tus ojos.
¿Dónde está tu valor, tu fe?
Ante mi nada pareces ...
¡y para mi lo eres todo!



XXXIV

Miré tus ojos,
pidieron auxilio.
Habló el orgullo
y para mi asombro
habló el tuyo.
Pobre de espíritu pareces,
alma vacía sin corazón.
¿Por qué te comparas
con alguién como yo?
También seré de polvo y de barro
porque lloro y porque muero.



XXXV

Y tuve sed. Y tuve sed de tus besos
sin apenas recordar que nunca los probé.
Y llovía. Llovía en mi corazón, llovía
y lo peor de todo es que no sé por qué.



XXXVI

Me gusta jugar con los sueños,
dibujar en un sucio papel,
arrancar hierbajos muertos
y ver morir el atardecer.



XXXVII

Cielo azul y puro que en la tarde
esperas rosado volverte
para luego ennegrecerte
perdiendo el celeste,
siendo negro,
siendo noche.



XXXVIII

El negro asfalto nos miraba
con su diabólica sonrisa.
El andén gris nos espiaba
siguiendo nuestros pasos sin prisa.
Terribles ganas me dieron
de estrellar el vidrio contra el suelo
y gritar desde mí, desde dentro,
lanzándolo todo contra el viento.

La calle se llenó de coches en india fila.
Ya era casi de noche.
No sé cómo corrimos a la vez
entre las altas farolas de neón
sin caer juntos, sin perecer,
sin ganar tú o yo.
Ambos sumidos en el silencio
porque el asfalto nos miraba.




XXXIX

¡Premio! ¡Gané! ¡Vencí! ¡Llegué!
Muchos hablamos de victorias
pero si de pérdidas se trata ... ¿qué?



XL

Piensa de mi lo que quieras.
Aquí estoy, sé que me esperas.
Escóndete si te gusta
pero sé dónde encontrarte.
Grita si te molesta,
aun en silencio sé hablarte.

Habla. Di lo que piensas.
¡Vamos hombre, no te cortes!
No me importa que mientas,
lo averiguaré sin que lo notes.
Para nada sirve el silencio
si las palabras a través
de tus ojos hablan por sí solas.

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