miércoles, 2 de mayo de 2007

SIN PROPÓSITOS (2000)

SIN PROPÓSITOS



LOS LABIOS QUE QUIERO BESAR

Tus labios me seducen,
mas tu voz me inquieta.
No hay apariencia de sonido
en la luz inerte de la noche.

Quiero estar donde no existas,
buscarte donde no oyes mi voz,
sintiendo en la noche
tus cabellos sobre mi piel
cuando los sueños miran
la languidez última del ocaso.

Los labios que quiero besar
están más allá del infinito.



SÁBADO RADIOFÓNICO

Siento sonidos agolpándose en mí.
Cierro los ojos y suena Police en la radio.
Recuerdo a la niña que encontró
un mensaje en la botella, allí en el mar.

Desde mi ventana la tarde
se deja seducir por un tímido sol
que aflora entre las nubes.
¿Quién estará paseando ahora por la playa?
¿Acaso un ser de dorados cabellos
se dispone a introducirse
en el frío y líquido elemento?

Otro sábado inútil.
Voy a cambiar de emisora
en busca de una canción
que no me haga mirar
el azul del horizonte.



ANHELOS DESDE EL PARAISO

Te has ido tan rápido como llegaste.
No puedo comprar tu recuerdo.
Ahora estarás tal vez más allá
del mar que ahora me anega el alma.
Unas cuatro horas de diferencia
a miles de kilómetros de distancia.

Mientras el frío viento del agonizante
otoño me hiela la espalda,
a ti la suave brisa que se cuela
por la alameda te susurra
el principio del verano.

Qué incoherencia,
tú acaso sueñas con el Paraíso
y yo, en este paraíso,
sueño contigo.

Tu voz, tus labios,
una aspiración demasiado grande
y demasiado lejana.

¡Y pensar que estuviste tan cerca...!




ZONA DE TRÁNSITO

Qué frío es este cálido espacio.
Un tránsito obligado,
un rincón olvidado,
hacia un lejano aeropuerto.
Encima tenemos que estar agradecidos
con esos ladrones de guante fino
que nos hechizan con su dinero extranjero
y luego se van llevándose nuestros sueños.




LA BARQUITA AZUL

Tres velas blancas
están cruzando la mar.
Ven, niño, vamos a jugar
con tu barquita azul
en la arena mojada.

Cada ola que se acerca
te invita a una nueva palabra
mientras el sol te abraza con su luz
y el viento se divierte jugando con tu pelo.

Ven a jugar a la playa,
que ha bajado la marea
y ya se ven las piedras verdes.
Vamos a buscar caracoles
que nos hablen de sirenas,
trae tu barquita azul.




LUMBALGIA

Ni el calor de esta lámpara
ni el murmullo del fútbol en el televisor,
pueden hacerme olvidar.
Una canción pide perdón en la radio.
Mi pelo aún conserva
los reflejos rojizos de un tinte que,
supuestamente, debía ser negro,
o al menos, eso decía la etiqueta.
Mientras tiemblo de frío y de sueño,
mi aburrimiento no me impide
olvidar este cotidiano dolor.



SIN PROPÓSITOS

Tras el cristal de mi ventana
iluminada por los tímidos rayos
del sol invernal me refugio.
Un nuevo año ha comenzado
y por primera vez me he propuesto
no hacer propósitos de año nuevo.

No he querido tentar a la suerte
con mis anhelos,
sólo dejar que pase el tiempo
que es la medicina que todo lo cura
y el detective que al final
desvela todos los misterios.

En la noche fría y oscura
todo sigue igual de solitario,
bajo el ronco sonido del viento.
No importa que hayamos renovado
una vez más el calendario.
Mis sueños siguen teñidos
de un futuro incierto.



EN EL SALÓN

Estoy observando aquí, tan mal sentada,
cómo se consumen mis energías.
Esta voluntad que muere entre mis dedos,
este compromiso ya oxidado.
No sé si es la pereza o el tedio de la tarde.
Sólo en mi mente el eco diáfano de tu voz
me hace sonreír y esquivar el frío del salón.



PENSAMIENTOS

I

Los días se van ausentes
mientras el cerebro
se imanta de nuevas aptitudes.
La experiencia acumulada
llena un hueco vacío
y luego se disgrega
por el interior, organizándose.

II

¿No te cansas de lo mismo?
Hace tiempo que te vengo observando,
sin palabras, estás ausente
prendido de un hilo
en medio de ese torbellino
que se esconde en tus ojos de mar.


III

No se produce sólo con tu ausencia,
si no con tu destierro, esta presencia
nueva que aboga por una existencia
que me libre por fin de la inocencia.



LA SÁBANA

Una calma impoluta sostiene el ambiente
después de que el viento dejara de jugar
con la arrugada sábana en la azotea.
Huele a tierra mojada.
Mañana es fiesta y quiero que vengas a verme.
Yo te estaré esperando
con mi voz de atardeceres.
Ahora subo a desenredar la sábana
antes de que el viento la encuentre.



VIAJE

Sube, sube y levita.
Ya es hora de partir.
Que no hay otros mundos más sagrados
como el que nos espera.
No te canses, yo cierro los ojos
para que la luz no me ciegue.
Vigila el camino.
Sube conmigo despacio,
no te resbales.
No hay otros mundos así.



TRES MONEDAS

Lanzó tres monedas al vacío
pero el I Ching de la vida no le respondió.

Siguió su camino y al llegar a la plazoleta
tropezó de lleno con una redada.

Qué vergüenza si alguien
conocido me viera por aquí.
¿Acaso pensaría que tengo
algo que ver con todo esto?

Se palpó disimuladamente el bolsillo
y comprobó intactas las tres monedas.

Prosiguió deambulando
y junto a una farola
vomitó toda su deuda moral.

Se acordó de los aplausos
y de los sinsabores ajenos.
No bastó más.

Lanzó las monedas al aire
y se fue cabizbajo. Hierático.




GRILLOS

Imagínate una noche en la que nadie,
excepto tú, sabe a qué se debe.
La marea sube lentamente
y los grillos esperan el momento
exacto para emitir su señal.
Espérame aquí para ver qué sucede
Y sabrás qué propósitos manifiesta
una nocturna algarabía de insectos.





EQUÍVOCO

Una frase sacada de contexto
puede servir para muchas cosas,
entre ellas, para malentendernos.

Qué grande es el saco de envidias
y aplausos que te cubre la espalda.
Me pregunto qué utilidad tiene
si no es tan libre como la brisa de las olas.

Con los pies enterrados en picón
no es muy cómodo bailar,
mucho menos huir de lo imprevisto.

No te quedes ahí y vuelve al diálogo
y explícame esas palabras
que nos confundieron y dejaron en silencio.

Tal vez la equivocada sea yo
o esos tontos que nos miran.



INDULTO

Te perdono
por no haberme querido lo suficiente.
Te perdono
por doblar las esquinas sin avisarme,
con tal rapidez que desorientas la sombra.
Te perdono
por parecer tan despistado
y luego saber dónde herir y cómo.
Te perdono
porque si no lo hago pierdo el tiempo.

Me perdono
por haber perdido el tiempo
intentando retenerte.




PARA QUE VUELES LIBRE POR AHÍ

Busca la serenidad del aire.
Acerca tus manos allí donde esté la luz.
Hoy la noche será más fría que de costumbre,
pues te desterraré de mi almohada
para que vueles libre por ahí.

Pero luego no se te ocurra volver
zumbando como un mosquito
y posarte en mi piel.
Ya no hay tiempo para eso.

Aprovecha ahora que no hace viento.
Dicen que se aproxima lluvia.
Vete ya, no sea que te mojes por el camino.



TE NOTO AUSENTE

Fíjate en cómo avanza la tarde.
Son horas cuajadas de lluvia.
Hace tiempo que no me entretienes
con tus enigmas y tus apuestas.
Ya no apetece jugar a ver quién es el más listo.

Me pregunto si estás cambiando.
Te noto ausente.
Acaso sea el trabajo o las prisas
o ya se me ha olvidado
el ronroneo de tu voz cuando reías.

Parece que fue ayer
aquel verano y sus mediodías
cuando te encontraba por la playa
o dando vueltas con la bici.

Ahora apenas sales de casa
y no tiene que ver con el clima.
Supongo que estas cosas pasan
y no hay que esperar lo contrario
si después de todo, también se termina.




DANZA DEL AIRE

El aire que acristala este cobarde
impulso, lo acelera sin que se agote
la fuerza de su instinto y no note
el estallido de la llama que arde.

No más puedo exigirte en esta tarde
en la que el viento hace que brote
en mi imaginación –camarote
de sueños-, un tesoro que me aguarde.

Si tuvieras al menos la esperanza
de querer compatir esta quimera,
todo se afrontaría de otra forma;

si sabemos que la mejor manera
de avanzar es ir creando una danza,
que como el aire, nunca se deforma.




ENFADO U OLVIDO

No vamos a discutir por una tontería,
tú quieres que tu idea prevalezca,
yo quiero lo mismo con respecto a la mía.
Por muy absurdo que ello parezca
son consecuencias ajenas a esta monotonía.

Hay días en los que todo estalla en gritos
y otros en los que la calma hace que crezca
este vínculo que no se deja llevar por los ritos
ni las costumbres. Sé que te irás en cuanto amanezca.
Esos nocturnos amores furtivos no son sólo mitos.

Sé que trerás de nuevo tu rostro escondido
entre las manos, aunque se entremezca
con rabia tu orgullo en fuego encendido,
porque no creo que nadie se merezca,
ni siquiera tú, esta agria fuente de olvido,
que sólo sirve para que este dolido amor perezca.





HUIDA

Fíjate en las calles y en los días.
Fíjate en las ropas y en la hora.
Fíjate en cómo llueve y se mojan
y corren a refugiarse en los escaparates,
en las cabinas, en los alrededores.
Apenas caen tres gotas y todos huyen.
Y después deean la lluvia....




MELODÍA ESTIVAL

Ahora que empieza el calor
sólo se oyen canciones
que prometen lo de siempre,
eso que todos quieren y que nadie tiene.

He observado sus caras
y he creído ver en ellas un atisbo,
un pequeño asomo, de fortaleza.
No son tan tontos como creía.

En realidad nunca han sido tontos,
sino que disimulan para amoldarse al resto
y lo más gracioso de todo,
es que no dejo de ser una de ellos.

Nos estamos haciendo mayores
en medio de esta adolescencia forzosa
y no todos estamos dispuestos a aceptar el camino.

En la radio suenan los posibles
éxitos del incipiente verano.
A ver qué orgía consumista
prometen esta vez.
Por mi parte,
hoy no está el horno para bollos,
y mi bolsillo menos.




REFUGIO

Inventa para mí un silencio en el que refugiarme
y contar las horas y tus besos y reorrer tu pelo.
No hay rincones cálidos en las noches de viento
y estoy harta de la arena que me escuece los ojos.
No entiendo como puedes ser tan inmune al frío
si yo apenas aguanto quieta una hora a la interperie.
Parece que estés hecho de viento, de playa y de olvido.




¿FINAL?

No me mires así de triste.
No me hagas sentir más culpable.
No tengo nada coherente que decirte,
salvo que tal vez no aguante más y me marche.

A veces no reacciono a tiempo ante las cosas,
sabes que me quedo parada meditando
si lo que pasa es verdad, es mentira o es otra
de mis vagantes suposiciones perezosas.

Ya sé que debo disculparme por ser tan distraída,
tan impertinente o sentirme tan poca cosa
sin tener motivos. Pero no es fácil
ni para ti que me miras, ni para mí que te miro.

Con el tiempo uno de los dos se acabará arrepintiendo, sé de buena tinta que es lo normal en estos casos.
No me mires así, tan triste,
siempre haces que me quede...

FIN

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